Me gustaría decir que lo entendí en algún momento,
Pero se dentro de mí que estaría mintiendo si lo dijera,
Nunca pensé perderme en un mar de ilusiones profundas,
Nunca imagine añorar las caricias de alguien como a ti.
Por un momento me perdí en la dulzura de tu mirada,
La hermosura de tus pupilas mientras repetías esas palabras,
Como desde dentro de ti salía una voz prominente, fuerte,
Que me gritaba “Te amo más que a la vida misma, ángel mío”
Despacio comenzó a surgir lo que nunca esperamos,
Repirábas suavemente mientras deseabas poder expresarlo,
Tus caricias llevaron al beso que dio inicio a todo esto
amor,
El silencio nunca se sintió tan cómodo, tan pacifico, tan
perfecto.
Recuerdo como tus manos acariciaban mi cabello,
Tus dedos acariciaban mi rostro, mientras me mirabas fijo,
Me quede muda mientras tus labios comenzaban a acercarse,
Mis manos dirigidas hacia tu cintura temblaban de
impaciencia.
No entendí hasta ahora que ya no tengo nada de ti,
Que los momentos son tan etéreos y tan cortos cuando son
buenos,
Que el dolor dura mucho más que el disfrute de las alegrías,
Deseo retroceder el tiempo y que las horas pasen mientras te
veo.
Si algo se es que este amor estaba predestinado a ser,
Que mi mente te lleva a donde va, que te has tatuado en mi
piel,
Que el dolor de tu ausencia viene a mí a cada instante del
día,
Que la tristeza de no tenerte parece tan inmensamente
eterna.
Anhelándote en cada sitio, en cada gloria y derrota,
Pidiendo al cielo que la espera no sea del todo larga y
angustiosa,
Que tu corazón no olvide la intensidad con la que te ama el
mío,
Que tengas presente que aun te espero, como el primer día.
Creo en el destino, en que estamos unidos para siempre,
Que aunque te ausentes de mi vida seguirás siendo para mí,
Que nada en el universo podrá dividir tu alma de la mía
amor,
Que me perteneces más allá de la vida, más allá de la
muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario